Monday, March 2, 2009

HABUB & RAINBOW


Y los 2 llenan el cielo

S U F I S



Bailaban. Círculo humano lleno de vida. Sin música. Solo el grito de sus voces. Armónicas.

el dios de las pequeñas cosas


Salió de la nada. Caminando. a 4 patas. Vestido de Domingo.

9 de Julio del 05 (el dos mil no se dice).


C O U R A G E

Mental or moral strength to venture, persevere and withstand danger, fear or difficulty.

Sudan sufre estos días un cambio de Gobierno.

Llega la paz, dicen.

Y con ella nuestros miedos. A disturbios. Al vandalismo. A la rabia contenida por más de 20 años de una guerra civil sin sentido. A las represarais. A la intolerancia. A un golpe de estado.

Courage, Laura. Courage.

Ya sólo repito esas palabras.

De camino de vuelta a casa, las repetí para disuadir el miedo. Ese miedo real, al ver a un pueblo DESCONTROLADO que saltaba a las calles a manifestar su rabia y alegría, esa doble expresión de sentimientos encontrados.

Courage, Laura. Courage.

Al salir del coche. Al caminar rápido. Al buscar a Pancho. Al no encontrar miradas. Al gritar su nombre. Al oír respuesta a pocos pasos. Al agarrarme a su brazo. Al andar aún más rápido. A un mirar al suelo. A un no querer mirar al cielo. Al ver una barricada policial. Al no querer estar allí. Al buscar un taxi. Al no encantarlo. Al oír los cánticos. Al escuchar bocinas de coches, camiones, masas de gente y sus banderas ondulantes. Al buscar un puto taxi. Al no encontrarlo. Al empujón. Al controlar la histeria. Al no entender. Al querer salir de una puñetera vez de allí.

Courage, Laura. Courage.

Con la llegada de la paz llegan mis miedos.

Se han cancelado los vuelos de la ONU para Darfur.

Campos de Refugiados donde el conflicto salta sus fronteras. La comunidad se asienta, las agencias internacionales se retiran.

Hasta nueva orden.

Se cancela así nuestro vuelo.

Courage, Laura. Courage.

Puesto que es cierto que estoy bien.

Que peores cosas han pasado (ahí queda Angola)-

Puesto que estamos avisados. De casa a la oficina. De la oficina a casa. Hasta nueva orden.

Hasta que se calmen los aires de victoria.

Hasta que la cosa se relaje.

Courage, Laura. Courage

5 de Julio del 05 (el dos mil no se dice)

Por raro que parezca hace días que no escribo.Poco

a poco la razón de mi silencio ha quedado oculta, sepultada en las profundidades de los pliegues sedantes del hecho en sí.

Que tiene la mejor de las intenciones pero la peor de las críticas:

¿Acaso eres una burbuja de silencio en un mar de ruido?

No.

¿Acaso es un asunto de reducción paulatina del negocio hasta llegar al cierre definitivo?

No.

¿Acaso es un ir quedándose callado apenas perceptible?

No.

Mi silencio nunca fue incómodo. Ni molesto. Ni llamativo.

Sino más bien un aletargamiento, una inactividad.

Lo siento chicos.

Gracias por insistir en querer escuchar mis letras.

Ahí van de vuelta....

6 de Julio del 05 (el dos mil no se dice).


Cena en casa de mi gran amigo “Mario”.

Con su mujer.

Con sus 2 hijas.

Con su hermano, al que también llamo “Mario”.

En el polo opuesto a su tienda de comestibles. En su casa de grandes ventanas. Con olor a mermelada y falafel. Sin flores ni cuadros.... con una avispa amarilla.

Tuve que agacharme mucho para entrar por la puerta.

Cuando los olores de la cena se cansaron de esperar, se escaparon a través de las ventanas para bailar toda la noche sobre nuestras cabezas. Cena deliciosa en el patio de casa. A la luz de las velas.

Durante un rato, durante unos momentos felices, reímos con Sarah. Despertaba de su sueño y corría a los brazos de “Mario”. Su papá.

<>

“Mario” me tradujo las palabras de su hija y me preguntó:

<¿tu que crees?

Los dos sabíamos perfectamente a lo que se refería Sarah.

Porque la verdad es que sólo cuenta lo que cuenta.

La sabiduría simple e inquebrantable de los niños.

Si comes chuches en un sueño, ¿cuenta? ¿Quiere decir que has comido chuches?

Y pensé: <¿Cuenta? El mojito que me bebí en ese bar de Hortaleza en sueños la noche pasada, ¿contaba?>

Así que contesté:

En la oscuridad de las velas, bordada por unas carcajadas, Sarah, con sus piececitos talla 5, se lanzó a mis brazos, en el momento en el que su padre le contó que SI, que “si contaba”.

Y una explosión de preguntas avanzaron. A tropel:

No, no cuenta.

Si, si cuenta.

<>

....

Sencillamente ahí no supe que contestar.

“Mario” reía. La mujer de “Mario” reía. El hermano de “Mario”, al que también llamo “Mario” ,reía.

Júbilo infinito en el patio de casa. De grandes ventanas. Con olor a mermelada y falafel. Sin flores ni cuadros.... con una avispa amarilla.

Y fue entonces cuando “Mario” me explicó: las hojas de rafia tienen los bordes muy afilados y uno puede terminar con algunos cortes en lugares muy delicados.

.....aaahhhh......

......entonces..... entonces.......

Entonces No, no cuenta.

7 de Julio del 05 (el dos mil no se dice)


Con la seguridad de un creyente, Karim me aseguró que debía acompañarle, urgentemente, a un lugar mágico.

Así lo definió----------Lugar m-á-g-i-c-o.-------------------------

La curiosidad se comió al gato.

Le seguí.

Una vez en el coche, Karim, con migas de bizcocho en la boca y mirándome de refilón , se encendió un cigarrillo. Soltó dos colmillos de humo por los agujeritos de la nariz que le hicieron parecerse, durante un brevísimo instante, a un jabalí.

El brillo del sol me deslumbraba. Cerré los ojos para devolverle su brillo, pero incluso con los párpados cerrados la luz era brillante y caliente. Me puse mis gafas de sol. Khartoum se tiñó de un color verdoso. Karim ,el jabalí, soltó una carcajada, encantado con mi fotofobia.

La señora jabalí esperaba a las puertas del Lugar mágico.

A través de ella pude ver, de un color verdoso, como el lugar mágico al que Karim me traía no era otro que una peluquería.

Una Peluquería.

P-e-l-u-q-u-e-r-í-a.

Una vez cruzadas las puertas del lugar mágico, donde absolutamente nadie hablaba pizca de ingles, esto fue lo que ocurrió:

1. La mujer jabalí metió una toalla fina de algodón en una vasija de barro con agua. La retorció para escurrir el agua (con brusquedad, como si fuese un pensamiento incómodo) y se la enrolló a la cabeza.

2. El pequeño de sus hijos apareció por la puerta con unos pantaloncitos cortos elásticos.

3. La novia, por la que “todas” estábamos allí, sentada en la butaca principal y acaparando el único espejo del lugar, hizo traer una bandeja metálica con té y galletas para sus invitadas.

4. La hija mayor de la familia jabalí, una niña con aspecto desenvuelto, me hizo sentar, levantar... arriba, abajo.... abajo, arriba....., hasta que encontró, finalmente, el lugar idóneo para mí.

5. La habitación se llenó de polvillo y pequeñas carcajadas, cuando “todas” (y digo “todas”) nos rebozamos en polvos de talco para tapar impurezas de la piel.

Pasados estos preliminares, en el “lugar mágico” y con asiento privilegiado, esto fue lo que ocurrió:

1. Bajo la moteada luz de las velas, la mujer jabalí y sus enormes pechos, tomaron mis dos brazos (este es un asunto que no debe tratarse a la ligera).

2. Miré a la mujer jabalí que miraba a las mujeres que miraban a las mujeres que miraban a las mujeres que estábamos allí.

3. Miré al pequeño de los hijos de la mujer jabalí, con sus pantaloncitos cortos elásticos.... este solo me miraba a mi.

4. El incesante tris-tras de la henna comenzó. Cubriendo mi piel. Desde las yemas de mis dedos hasta el codo. Los 2 brazos. Sin stops.

5. Desde detrás de la cortina del lugar mágico llegó un murmullo de voces divertidas. El sonido de algo de cristal al dar sobre algo metálico, interrumpido por el grito histérico nervioso de la novia.... el novio ya estaba aquí y ella sin maquillar.

A las puertas del lugar mágico, cubiertos los 2 brazos de henna, de pie y gran sonrisa, esto fue lo que ocurrió:

1. Recordé lo afortunada que era por estar allí.

2. Sentí la más pura de las alegrías al compartir con todos ese momento en el que el novio saludaba a la novia, con un sencillo choque de manos, después de un mes sin verse y soportando el ansío de un beso “no permitido” hasta la intimidad.

Me prometí guardar, aun sin saber bien cómo hacerlo, esta invitación urgente a un “lugar mágico” en el dobladillo del pantalón.