Wednesday, February 18, 2009

21 de junio del 05 (el dos mil no se dice).

Esta noche esta mujer que escribe es peligrosa. Mi desesperación es total.

“Habana Blues” es la culpable. La peli de nuevo en mi retina. He oído los latidos salvajes del corazón del protagonista. He querido abrazarle hasta que se calmara. Un poco. Solo un poco. Pero la pantalla del ordenador se interponía. Quien pudiera darle un beso entonces. Un beso que exija otro beso a cambio. Intercambio de besos en noche de luna llena, en Khartoum.

Estos meses atrás sucedió en Madrid. Me refiero a que el terror marcó el tiempo. Dictó el ritmo en que un cuerpo responde a otro. Como si ya supiera la que escribe, que por cada estremecimiento de placer, pagaría con una medida igual de dolor. Como si supiese que cuanto más lejos llegase, más atrapada estaría. La que escribe se iba a Sudan. Así que me contuve. Pero eso solo empeora las cosas. Sólo acrecienta el deseo. ¿Cierto?

Así que la noche en Khartoum apoya los codos y me observa. Sentada en el suelo de mi terraza. Donde tan solo hace unos segundos se iban las termitas blancas rumbo al trabajo. En fila india.

Por las tardes (para conseguir un toque regional) a los ciudadanos se los envuelve en altavoces que inundan la ciudad. Rezos que llegan con el viento. Que no requieren demasiada concentración, pues cada cual sigue con lo suyo. La media hora de misa, en Madrid los Domingos a las 16.00, queda así empobrecida por 6 horas de plegaria al más estilo musulmán. Una vez más, justo ahora, la vieja ciudad se hincha como una garganta llena de voces.

Ha pasado el guarda de seguridad. Chequeo de tarde. Ha pasado de largo, ni grosero ni cortés. Simplemente en silencio.

Hoy conocí la sonrisa de una mujer. Tenía las encías de un color rosa extraordinario (como recompensa a toda una vida de vegetarianismo a ultranza). Una de esas mujeres de las que cuesta imaginar que alguna vez fueran niñas. O bebés. Parecía como si hubiera nacido siendo ya una mujer de mediana edad. Con turbante negro. Me puso el café y se fue. Con su sonrisa.

Tengo la clara sospecha de que ésta es la finalidad de mi viaje: Salaam alaykum – Wa alaykum salaam. (PEACE BE UPON YOU).

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